La cigarra y la hormiga

17 de mayo de 2020

El pasado 9 de Mayo celebramos sin pena ni gloria –muy pocas referencias en prensa- el “Día de Europa”. Un aniversario además redondo, el septuagésimo, de la “Declaración Schuman”.

Ese discurso, pronunciado en París en 1950, se considera el comienzo de lo que hoy es la Unión Europea. En él Robert Schuman proponía la creación de una Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA).

Setenta años después de ese germen, el proyecto europeo, que ha avanzando con muchas dificultades y algún que otro descalabro (basta pensar en el reciente Brexit aún sin “digerir” económicamente), se encuentra ante una encrucijada que puede determinar su propia subsistencia.


De la respuesta que seamos capaces de dar al reto de la reconstrucción económica tras la crisis del COVID-19 va a depender el futuro de este magnífico proyecto. Y he utilizado las palabras de forma muy consciente. Me parece que los españoles -empezando por todos nuestros políticos- tenemos cierta tendencia a hablar de la respuesta que “tendría que dar Europa”... Como si esa respuesta estuviera en manos de unas “estructuras” informes que determinan nuestro futuro, dominadas por unos insolidarios países del norte, y donde nosotros no tenemos nada que decir.

Siempre he sido europeísta, y me parece que ahora más que nunca es necesario profundizar en el proyecto europeo, un proyecto inspirado en el valor de la solidaridad entre los pueblos.

Pero la solidaridad es un comportamiento que deberíamos practicar siempre, y no solo acordarnos de Santa Bárbara cuando truena.

A este respecto me gustaría dar algunos datos de los que quizá a diario no somos conscientes, pero que a cualquier europeo que nos visita le llama necesariamente la atención:

    - España es el país con más kilómetros de autopistas de toda la Unión Europea, 15444 km: casi 2500 km más que Alemania y casi 4000 más que Francia, segundo y tercero respectivamente.

    - España es también el país con más kilómetros de vías de tren de alta velocidad en Europa. Con lo construido más lo ya aprobado 2852 km: 1022 más que Francia y 2038 más que Alemania, segundo y tercero respectivamente.

     - Por no hablar de infraestructuras aeroportuarias. La lista de aeropuertos con menos de 20.000 pasajeros en 2019 (¡menos de 55 pasajeros/día!) es la siguiente: Logroño, Salamanca, Burgos, Córdoba, Sabadell, Son Bonet, Cuatro Vientos, Albacete y Huesca. Nueve aeropuertos más los que se han conseguido vender con pérdidas como el de Ciudad Real.

Gran parte de la “culpa” de todas esas infraestructuras la tiene la solidaridad europea, pues han sido cofinanciadas en porcentajes superiores al 50% por Fondos Europeos. Además,  nuestra balanza fiscal con la Unión es muy favorable a España (casi 90000 millones de Euros desde nuestra incorporación).
En las épocas de crisis los Estados deben ayudar especialmente a sus ciudadanos, y en un contexto como el europeo, esa ayuda debería también llegar desde las autoridades comunitarias a los países que peor lo están pasando.

Pero a la solidaridad debe responderse –como a todo- con responsabilidad. No podemos pretender ser la cigarra de la fábula, que no almacenaba en verano porque se dedicaba a disfrutar, y pretendía comer “de gorra” en invierno…

¿A qué me estoy refiriendo? A que en las duras tenemos todo el derecho a pedir, pero en las maduras deberíamos ser conscientes también de nuestra obligación de ahorrar.

En 2008, la Deuda Pública sobre el PIB de algunos países europeos era: Alemania: 64,9%; Irlanda: 42,4%; Holanda: 54,5%; España: 39,4%. La menor: ¡la española!

En 2010, después de la crisis financiera y el lógico aumento del gasto público, estos indicadores aumentaron en todos los países: Alemania: 78,3%; Irlanda: 109,6%; Holanda: 61,7%; España: 69,5%.

Pero en 2019 todos habíamos tenido tiempo de recuperarnos, y sin embargo…: Alemania: 59,8%; Irlanda: 58,8%; Holanda: 48,6%; España: 95,5%. Treinta y cinco puntos más que Alemania, cuando partíamos de una situación más holgada antes de la crisis de 2008.

Confío en que la solidaridad y el espíritu europeo prevalezcan en estos difíciles momentos, pero ojalá en España aprendamos de una vez que –como cada uno en nuestra propia economía familiar- el endeudamiento no es el camino, sino el trabajo y el ahorro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario